Mostrando entradas con la etiqueta Poesía de dolor y denuncia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía de dolor y denuncia. Mostrar todas las entradas

20/6/14

Vuestros nombres son más bellos



Dibujo: Volarela



VUESTROS NOMBRES SON MÁS BELLOS



Gallinas, pollos, gallos, ocas, pavos...
vuestros nombres verdaderos son más bellos que éstos.
Estelas de libertad aprisionada, pollos amontonados en las cintas de la muerte, sois fuego de estrellas
sacrificadas en esta tierra de crueldad.

Juntas, reunidas por la fuerza, os llamáis, peleáis, tembláis, y vuestra sangre no bulle, coagulada en la desidia;
pero todavía se resiste cuando la puerta se abre y trae un rayo de sol y roza una pluma; y esa pluma erizada de claridades grita: ¡salid del corral, salid!   Mas el viento frío de la garra humana llegará tras esa luz, soplando pavorosa humedad sobre vuestros cuellos, y arañaréis la luz tras el terror del rojo.

Más que plumas, más que carne, más... Estáis solas.

****

Pavos, gallinas, cerdos, vacas, conejos, zorros, focas....Millones de animales mueren y sufren una vida de tortura cada día en el planeta. La tierra está literalmente cubierta de dolor.
Según Bashevis Singer,  para los animales "todos los humanos somos nazis y toda la vida un eterno Treblinka" (campo de exterminio).


Se necesita valentía para ver esta atroz realidad:

Yo he visto decenas de vídeos donde se muestra la brutal conducta del hombre hacia los animales de granja, torturados y luego matados igual que si fueran objetos insensibles. Me he hecho vegetariana al abrir mis ojos a la realidad que pocos quieren ver. Es posible vivir comiendo vegetales, nada impide a la humanidad cambiar su dieta y hacer el menor daño posible. Si eres sensible, infórmate, verás que es posible.

Dieta vegetariana

http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=2296http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=2296



27/4/13

Llévatela (Reedición)


Carrizales, Volarela



LLÉVATELA



Quisiera cerrar los ojos
como cuando niña
y pedirte un milagro,
de los que a ti no te cuestan:
llévatela.

Tú sabes
que su mirada ahora es de piedra
esculpida en la agonía;
que sus lágrimas no son de agua
sino de ausencia;
que sus manos
arrugadas y translúcidas,
sus manos...
ya no acarician,
perdieron su memoria de tactos;
y ahora están para siempre
anudadas
en un ruego perpetuo
por un dolor que no comprenden.

Lo sabes,
a qué esperar,
tómale el alma con dulzura,
libérala
de su peso lacerante.
Lo sabes,
sus arrugas son llagas sin cerrar;
un surco estéril sus labios
en la tierra polvorienta de su rostro.

Ese dolor,
te lo suplico,
arráncalo de su rictus,
que pase a las espaldas de los vivos;
ese pulmón deshecho,
que respire con las flores...

Cierro los ojos
como cuando era niña
y la veo marchar
en un cuerpo distinto
de semilla alada,
buscando nueva luz,
nuevo rocio,
nuevos campos
donde germinar.






10 - 02 - 2008
Este poema fue escrito para alguien muy querido, que sufrió mucho durante su larga y crónica enfermedad.
 3 días después de escribir esto, mi ruego fue escuchado.

 
Foto: Volarela

24/1/09

Requiem


Hoy se están quemando las montañas.
Los lamentos del bosque llegan, deshechos,
a mis propios ojos.
24 de enero. Arden Puig Campana y Ponoig (Alicante)





INCENDIO

Se presiente,
se acerca,
la gran respiración ardiente
que trae rotos jirones
de muerte volando en una nube negra.

Viene a por vosotros. Quemará el aire, vuestro oxígeno
con hambre roja desatada y furiosa
de vida.
Y os atravesarán soles
abrasándoos
en un violento mordisco que sabe a llaga
de ángeles llorando.

Se presiente, viene y se lleva
a las copas inmóviles y al arbusto
a los troncos atados juntos a los nidos,
a las pieles sollozantes de las guaridas,
a las patas insonoras que pelean
desde la hojarasca.

A todos se los lleva, a todos,
desintegrándolos en un vacío de gritos amarillos.

¿No hay nadie para salvaros?
¿Tendré que ver
cómo os consumís
en ese atroz silencio que cruje
entre el chisporroteo
de las estrellas ciegas?

Si mi lágrima pudiera ser
de luna inmensa y generosa,
tan grande que apagara la culebra
que os derrite a dentelladas:
una gigantesca lágrima blanca...
sobre vuestras abrasadas cabezas.

Descansad ya,
en vuestros ataudes de cenizas
al viento,
dormid...
floreced
más allá de mis impotentes manos.

Verde monte, verde valle, eterno,
brillante verde,
caminaré descalza sobre tu muerte:
te estaré esperando.

11/9/08

Jilguero




Hoy es día de mercado. Y entre la gente, he visto un jilguero encerrado en una jaula: saltaba nervioso, sin parar, sin entender qué hacía allí; era incapaz de asimilar su captura: imposible sospechar que sería para siempre. El dinero, por encima de él, especulaba con su destino. Alguien, quizá un ángel apesadumbrado, le diría al oído tristemente, sin que él pudiera comprender nada: "Tu canto está valorado en 20 euros; tu canto hermano de la primavera y de los cardos; amigo de las brisas sin tiempo. Tu corazón a cambio de un poco de alpiste y de un mísero mimo del gigante voraz de belleza; del ladrón que sajará tus arrebatos de escapada con sólo una mano".

Las nubes y el viento morirán al llegar a tu jaula; crujirá la vida en los nidos lejanos, sin ti. Tu alma no cabrá en esa jaula; chocará y chocará contra las esquinas de la indiferencia.
Y lejos volará tu canto, derramándose líquidamente sobre flores que no verás; deslizándose por las aguas que nunca conocerás. Y más de un día, un rayo de sol vendrá a visitarte a través de tus barrotes; y tú lo buscarás, arrinconándote en ese pedazo de calor regalado; y desde él lanzarás, una y otra vez, tus trinos, fundiendo por un instante tus barrotes; clamando al color del mundo en notas de hermosa desesperación.
Mientras, yo seguiré mi camino, dejándote solo; pensando en cómo podría liberarte a ti, y a otros tantos millones de esclavos con sus picos abiertos a la nada.


Etiquetas: , ,

6/7/08

Lapidación




Lo que ella no sabía era que no era nadie. Menos que una sombra. Ignoraba que las sombras a menudo son pisadas por los indiferentes. No podía imaginar que hasta la del Everest podía llegar a morir, devorada por la noche, porque su mirada era feliz, e iba atravesando el corazón de las gaviotas más altas.

Lo que ella no sabía era
que unos ojos la acechaban,
ojos afilados como caimanes devoradores de pececillos de plata,
ojos duros como dentelladas de granizo,
hermanos de la ira,
exterminadores de hormigas aladas.

Los que la seguían rebosaban veneno tras sus dientes, y, tras las puertas invisibles que iban cerrándole, rumoreaban:
mujer amante, menos que una sombra, tu destino ha sido sellado, emparedado entre nuestras voluntades.

Lo que ella no sabía...
Volvía contando las nubes que bailaban en los charcos.
Lo que ella no sabía... es que la traición le subía por las piernas y terminaría con la última de sus palabras: ¿Por qué?

Y así fue:
ojos paternos,
ojos vecinos,
ojos legales,
ojos devotos,
ojos cerrados.

Todos tiraron sus piedras. Atroz y definitivo golpe de la realidad cuadrada del fanatismo. Piedras inhumanas brotaron de corazones de piedra. Sus piernas temblaron, su pecho estalló; su alma se derribó, rota en pedazos.
Todos la mataron, y entre todos aplastaron su amor a pedradas, hasta que la sangre brotó de los ojos de los ángeles.


21/6/08

Mi silla es un desierto que arde




Después de caminar cuatro años, al quinto me he sentado. El desierto es mi asiento. Espero sobre una piedra a que llueva. Espero mirando la muerte del suelo arder.No tengo la piel de la tarántula, y duele la quemazón violeta de mi silla; las tórridas nubes disolutas; el océano estático de rocas que ya no esperan... Doscientos pájaros córvidos se han sentado a mi alrededor. El viento se resquebraja en sus picos de sangre seca. En realidad, no sé si son aves o arbustos que chirrían con sus ramas enjutas. Yo, o mi conciencia disuelta en la bruma del horizonte, hace mucho tiempo que me senté. Desmemoriada; soñolienta. Sigo esperando, ya sin conciencia. Un tronco hueco rueda por mi mente. No cesa. Gira sin avanzar, relleno de letargo. Quizá soy larva ignorante, secándome bajo tierra, esperando que se cumpla el tiempo, y el destino me alargue la mano para salir transformada. Ahora me entrego. No me queda ya ni un resquicio de rebeldía. Sólo el amargor de la duda interrumpe mi sueño. Y al abrir los ojos veo la tierra abandonada, hablando consigo misma. Cada vez se arquea más mi columna. Confío en su flexibilidad; en que ceda, aunque acabe convirtiéndome en el fósil de un caracol. Tengo miedo a la desintegración; y no me refiero a la muerte, sino a la que va provocando esta arena que pincha en el rostro, y mina, y agujerea la esperanza, el sentido. Oh, lluvia, lluvia, todavía te aguarda mi piel.



Etiquetas Bitacoras: , , , , , ,

18/5/08

La tierra muere





Eran los últimos olivos; y el último cuervo dormitaba sobre sus ramas nudosas. Leña con atisbos de esperanza, dirigiendo la tenue plata verde de sus hojas hacia arriba. Aún esperaban... un poco más de luz sobre su artrítica tristeza.
Pero la tierra moría lentamente y ellos no lo sabían.






Pintura: Cuervo bajo la luz de la luna. Volarela

1/1/08

Voces agudas



VOCES AGUDAS


Me llegan hoy todas las voces
de los niños desaparecidos,
escondidos en cuartos oscuros,
vendidos,
enterrados,
humillados;
niños abandonados al innato terror de la muerte,
niños que vocean desesperados
como cigarras desangradas.

Esas voces agudas
quieren rasgar el silencio
impoluto de la luna:
voces pisadas,
dolor ignorado,
temblor de la tierra.

¿Quién os salvará?
pequeños, perdidos, hermanos.
Vuestros gritos, ¿cómo es posible?,
rebotando y golpeándoos
en el mismo llanto de vuestras mejillas.

¿Quién os oirá?, ¿dónde estáis?, ¿quién me dice
por qué nadie sabe de vuestra aciaga noche?
¿Por qué os escogió a vosotros la maldad?,
paso tierno, pies recién hechos para ser llevados...
por otro camino, Dios, por otro camino...
¿Quién os conducirá de nuevo a vuestra risa sin precio?
¿Quién colocó en este suelo, bajo el mismo sol que yo respiro, piedras tan amargas?

Niños, queridos, hermanos, piel nueva arrancada a mi misma piel,
os juro
que una mano sagrada besará vuestra sangre,
una mano grande borrará las huellas acres que os dejaron,
una mano infinita agarrará las vuestras, y os llevará
lejos, lejos...
muy lejos,
donde un amor mullido de plumas dulcísimas
vendará con luz y más luz
vuestras heridas.

..................................................................................................................................................


(Hay en la tierra infinidad de ojos de hombres y mujeres que lloran de amargura. Hay tristeza retorcida en las esquinas del olvido. Hay hambre, desesperación, injusticias, gusanos de rabia royendo las mentes, ignorancia, mentiras y villanías campando a su anchas por las avenidas del poder, crueldad y guerras infames... Pero hay una realidad que es insufrible, imposible para nuestra sensibilidad, brutal y salvaje: infernal, loca: la mirada de un niño golpeada por la atroz violencia. Algo así, jamás se olvida. Nuestro ser entero grita. Es lo último.  Cuántos Cristos crucificados hay en esos niños maltratados, violados, vendidos, asesinados, utilizados. Y es real; miles de niños desaparecen en el mundo a mano de poderosos monstruos humanos; son comprados, o secuestrados y llevados a un hondo y profundo infierno, aquí, bajo el mismo sol que acaricia nuestra piel cualquier precioso día de primavera. Sé que este poema rompe todo el encanto del mundo inocente de mis versos. Sí, acabo de romper un cristal pulido y hermoso con esta pedrada. Pero he de clamar. Es necesario. Incluso aunque nadie me oyera.)


Esclavos:
http://beatrizmoragues.blogspot.com.es/