Llévatela (Reedición)


Carrizales, Volarela



LLÉVATELA



Quisiera cerrar los ojos
como cuando niña
y pedirte un milagro,
de los que a ti no te cuestan:
llévatela.

Tú sabes
que su mirada ahora es de piedra
esculpida en la agonía;
que sus lágrimas no son de agua
sino de ausencia;
que sus manos
arrugadas y translúcidas,
sus manos...
ya no acarician,
perdieron su memoria de tactos;
y ahora están para siempre
anudadas
en un ruego perpetuo
por un dolor que no comprenden.

Lo sabes,
a qué esperar,
tómale el alma con dulzura,
libérala
de su peso lacerante.
Lo sabes,
sus arrugas son llagas sin cerrar;
un surco estéril sus labios
en la tierra polvorienta de su rostro.

Ese dolor,
te lo suplico,
arráncalo de su rictus,
que pase a las espaldas de los vivos;
ese pulmón deshecho,
que respire con las flores...

Cierro los ojos
como cuando era niña
y la veo marchar
en un cuerpo distinto
de semilla alada,
buscando nueva luz,
nuevo rocio,
nuevos campos
donde germinar.






10 - 02 - 2008
Este poema fue escrito para alguien muy querido, que sufrió mucho durante su larga y crónica enfermedad.
 3 días después de escribir esto, mi ruego fue escuchado.

 
Foto: Volarela