Sobre el asombro





¿Por qué en todos los parques hay siempre algún niño que echa a correr entre las palomas para espantarlas?
No hay más que ver su cara entusiasmada para comprender todo el placer que le causa.
Siempre, irremediablemente, en cada parque encontraréis a uno u otro pequeñuelo haciendo lo mismo.

A todos los niños les encanta descubrir su poder, asombrarse, maravillarse hasta la risa más gozosa; asomarse admirados a lo que un pequeño acto puede provocar: tan solo una carrera y…. todo un espectáculo de alas blancas y lluvia de palmadas ante sus ojos. ¿No es fantástico?, ¿no es éste indicio de que al hombre le apasiona lo mágico, lo grande e inesperado, más todavía si procede de su propia mano?

¿No tendremos todos dentro un aprendiz de mago, un continuo explorador curioso esperando descubrir misterios y sorpresas bajo el gran sombrero del mundo?


                                                               TODO ES MÁS

Abre los ojos, 
todo es distinto...
todo es más...

-La coleta de una niña
brinca
derritiendo la nieve
de las cimas-

Un salto de rana,
un silencio de araña,
el cuerno de una cabra:
¡Cuántos paisajes dentro!

Las raíces
los amantes,
el pintor,
el perro que se enrosca,
un zapato sin dueño
y una mosca,
microbios copulando,
el baobab,
la estrella en el charco,
el ciervo que muge, 
la violinista
y el gato.
Y en cada uno 
un laberinto de cuarzos
i n c o n m e n s u r a b l e.


Creo
que si pudiéramos ver lo que esconde
la chistera de Dios
no lo soportaríamos
y moriríamos

de dicha




dicha



dicha.