Erguirse

Pintura de Eduardo Naranjo




ERGUIRSE


Con tierno pie de caracol
te detienes ante el follaje amargo
del tiempo,
y caes
desnudo,
pesado,
sobre la fría arena.

De espaldas quedas
a todo lo que no sea
el ascua sola de tu pecho.
De espaldas
al rasguido matinal de las rosas,
al miedo,
al estallido de trenes tras la niebla, 
al beso punzante
de la belleza en el trébol.

La marea viene helada y te recuerda
que tienes el vientre
dolorido por el hambre
de ternura.

Cara al suelo, 
te atraviesan
los ecos de la luna,
y un ala fría de silencio
recorre tu espalda.

Tu cuerpo espera 
la hora de sacudirse
los graznidos rotos.

Erguirse es la palabra.

Adelante. Despega la otra rodilla del fondo
del llanto. 
Un poco más y tendrás a Dios
cogido de la mano.
Ya está.
Lo has conseguido.
Te has erguido
sobre los infinitos granos
de tus células,
sobre el clavo
del abismo.

Te levantas,
y das un paso y otro...;
te observan
los flamencos rosas
de la aurora.


Ya eres paso,
ya camino.
Ya te siguen
los lobos aulladores de la luz.



***

2013. Poesía: Maite - Volarela