Si es tu regalo


Acantilados de Sierra Helada (Benidorm - España)





SI ES TU REGALO


Si es un regalo este mordisco a la manzana despejada y rotunda;
si es un regalo, una perla de agua, la uva radiante entre mis dientes.
Ese revoloteo de la vida
verde y entregada...
si es un regalo para alzarme con los árboles...
Si es tu regalo, padre de sangre y lágrimas,
por qué no tomarlo con la alegría de un pájaro.

Si esta agua esparcida entre caricia de rocas
es para mí,
si esta música de caléndulas al amanecer,
si este sol hermanado con mis yemas
es mío,
lo tomaré
sagradamente,
con manos de brisa
y ojos derramados como prados.


Lo que me dejas (poesía espiritual)

Un poema antiguo, al que tengo especial cariño.

Dedicado a Mª Carmen Názer, gran escritora,
tanto como tierna y humana.

http://reparandolazos.blogspot.com.es/


Senecio. Foto: Volarela






LO QUE ME DEJAS




Tú sabes,
Dios, mío, íntimo,
leve como polvo
de mariposas, tembloroso
terremoto
en el corazón de las termitas;
sabes que siempre te llevo aquí fundido
a mi móvil piel de marioneta,
intentando seguir,
deshilachada,
las inmensidades de tus pasos.
Y te vivo, a veces,
ensanchada en un calor de magma,
rezumando volcanes
por mis poros.
Y te vivo, a veces,
extasiada cuando soplas
con el viento
de tu boca
galaxias que se aferran,
como hongos de amor,
a la ley de la armonía.


Y, a veces, tú
me vives:
remueves la infinitud
de mi cuerpo diminuto
de duda.
Es entonces cuando abres
mi ventana herida,
y me dejas, Dios, mío,
íntimo,
una ráfaga cálida,
aliento vibrando en mi alma,
vertido como trino dulce
en la madrugada.



Dibujo: Volarela

No cayeron olivas



NO CAYERON OLIVAS



No cayeron olivas,
cayeron palabras descosidas del cielo.

Y dardos de luz escaparon de las ramas del olivo
penetrando la tierra
ávida de respuestas.

En un verde silencio
retumbaban las pezuñas de caballos liberados;
sus crines como horizontes despertaron a los durmientes,
y fueron amaneciendo, uno a uno
como tiernas setas incoloras y sedientas.

¡Cómo recoger tanta belleza desbordada!
La carne de la oliva era de sueños...

Todos se lanzaron con sus cestos.
Todos se saciaron y besaron,
mitad hombres, mitad dioses...
Y entre todos rodearon al árbol de piel de nácar,
mientras la Tierra reía por el espacio.