Las llamas respiran (relato breve)
Viejo relato perteneciente a mi serie de cuentos "realistas"
LAS LLAMAS RESPIRAN
Aquella noche miró al cielo sin estrellas cubierto por una tenue y lechosa neblina que pendía como una cortina ajada a merced del viento. Su tienda de campaña lo protegía de la inmensidad sin voz ni ojos de la naturaleza, que sin embargo parecía observarlo y hablarle con labios fríos y mirada salvaje.
Estaba solo. Palpaba la presencia estática del bosque a su alrededor, los pequeños crujidos de algún ratón de campo buscando comida, el lánguido gemido de una cría de cárabo escondida entre las ramas. Su mente comenzó a imaginar la luna oculta por las nubes, como un desolado cuerpo vacío lleno de cicatrices que rejuvenece en toda su mágica divinidad cuando el sol la mira. Todo era poesía si se observaba con candor. A todo podía dotar de sentimientos. Los sentimientos que un ser humano va derrochando al pasar; porque sólo era eso: un sencillo hombre hecho de huesos y dolores, de sangre y risas, de emoción y llanto. Y con esos pinceles a cuestas pintaba todo lo que veía. Pero la noche era más. Los seres, el tiempo, la Tierra, los ríos, los caminos… eran más de lo que él interpretaba. Y no era capaz de comprender en realidad nada de ese jeroglífico llamado vida. Se sentía como el pobre escarabajo que aquella mañana trepó indeciso por su bota sin sospechar siquiera la presencia de un gigante a su lado.
Abrió el paquete de queso y se calentó un vaso de leche. El suave siseo del fuego azul saliendo por el hornillo le trajo a la memoria las palabras de su hija pequeña una tarde de invierno, cuando aún vivía: “¿Papá, las llamas respiran?”
“Sí, hija. Todo está vivo, por eso el fuego respira, y quema, y produce dolor. No debes tocarlo. “
Pero él lo tocó. Tocó el amor, la unión, la vida, y ahora sangraban sus heridas sin cerrar. Porque era sólo un hombre desamparado ante la fuerza de sus propios sentimientos, y, como una hoja en la corriente fragorosa, sentíase arrastrar, inerme, hacia un mar de tristeza, que lo recibía con sus brazos vastos y ondulantes.
Cerró el hornillo y se preparó el café. El sonido de su propio cuchillo cortando el pan ponía de manifiesto su gran soledad. Un grillo comenzó a grabar en la tablilla de la noche sus tímidos puntos suspensivos. Miró de nuevo al cielo; un extraño meteorito se abría paso entre el vaporoso velo de nubes. Era casi imperceptible, y sin embargo, antes de borrarse del todo, juró ver en la inmensidad nubosa un rastro luminoso de palabras:
“Papá, dime: ¿Las llamas respiran?”
***
Absolutamente delicioso... qué belleza este relato,prosa poética en plenitud!
ResponderEliminarLo he disfrutado enormemente.
Un placer leerte,como siempte.
Beso enorme!
Me alegra mucho, Lunaroja, que disfrutes es mi disfrute.
EliminarUn beso muy grande, como tu luna :)
Buena pregunta hace la pequeña. Y una respuesta acertada la del padre. Todo lo que esta en la tierra tiene vida , por lo tanto respira aunque sea de formas distintas. Muy bonito . Un abrazo .
ResponderEliminarGracias, Campirela.
EliminarUn abrazo :)
Ese ir y venir de planteos, hacia otro o hacia uno mismo, dejan semilla en la mente, que crece y se reproduce ya evolucionada en los momentos más contemplativos.
ResponderEliminarUn relato que ofrece un sin fin de ideas, todo un tema para las reuniones de café.
Saludos.
Ah, ja, ja, me lo llevo pues con el cafecito...
EliminarSaludos cordiales, y gracias por tu paso y bonito comentario :)
Maite, me encantó, amiga. Precisamente cuando estamos al límite, cuando sufrimos y nos sentimos ínfimos, solos, limitados...En esos momentos de soledad, tocamos la magia de la humildad; es cuando surge el milagro. Rodeado de la infinitud de la noche, de la divina naturaleza le llegó esa sincronía, que no es nada casual...Ahí estaba el mensaje desde el más allá, que llegaba como un abrazo al padre para darle fuerza y ánímo: "Papá, dime: ¿Las llamas respiran?" Me encantó esa consciencia atenta, que nos permite descubrir el misterio y que es pura poesía, como bien dices, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y admirado por la belleza en la forma y en el fondo, Maite.
También lo siento así, en esos momentos de desnudez total, rendidos ante la vida... surge la magia, la nota armónica que suena honda detrás del ruido... Quizá porque ya no esperamos nada... quizá porque estamos vacíos y podemos llenarnos de aquello que habitualmente no veríamos.
EliminarMisterio-poesía... todo esta lleno de ello, todo respira. Poniéndome en el lugar de la niña, me salió esa frase, no es la clave del texto, pero me gusta, creo que los niños ven, interrogan así; están vacíos.
Encantada de que este texto meditativo te haya llegado profundo.
Mi abrazo super agradecido, amiga :)
Que buen relato Maite. Todo tiene vida, las llamas avanzan y tragan a su paso vidas y naturaleza.
ResponderEliminar¡¡Aplausos!!
mariarosa
Hay llamas devastadoras, es así. Vivir es quemarse.
EliminarMil gracias, mariarosa.
Besote
Maite nos compartes una vez más BELLEZA. Gracias.💋
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti, Berta. Esas mayúsculas... ¡Ains!
EliminarY gracias por el beso, me parece que al final encontraste tu pintalabios, ha dejado huella, ja, ja :)
Besitos
Viejo relato pero muy de tu cosecha, Volarela, que en todo caso sirve también para advertir el envión creativo que ya traías y la evolución que vienes experimentando… Gran idea reeditarlo (desolvidarlo) y ponerlo a consideración de tus lectores… La historia tiene su atmósfera y descripciones atrapantes, despuntan por allí tus personales hallazgos literarios (“y no era capaz de comprender en realidad nada de ese jeroglífico llamado vida”, “el sonido de su propio cuchillo cortando el pan ponía de manifiesto su gran soledad”, por dar un par de ejemplos), y ése fustazo “cuando aún vivía” que redimensiona tanto al personaje y su dolor y su ya eterna soledad (conflicto) como al relato…
ResponderEliminarAbrazo admirado (porque no escribís bien por casualidad)
"Envión", qué curiosa palabra. Lo he buscado y significa "Empujón".
EliminarEmpujón es el que siempre me das a mí, para superarme. Me gusta lo de "desolvidarlo"; es bueno desempolvar escritos, cobran una mirada nueva después de un tiempo. A éste le tengo gran cariño, porque cada detalle del contexto natural lo he vivido; la soledad es doblemente fuerte en el silencio de la naturaleza.
Me encanta que hayas visto tantos detalles, especialmente lo del "fustazo" (genial expresión!)
Mil gracias por tu análisis, es bárbaro contar con tu ojo amigo (clínico y comprensivo).
Un abrazo afectuoso :)
Envión, si bien significa empujón, aquí lo usamos para destacar aquello que se trae o se tiene o te viene de adentro, aquello que te impulsa, lo irrefrenable innato que te alienta a manifestarte o expresarte... se entiende?
EliminarDivinamente bien.... Graciaaaasssss
EliminarA vos...
EliminarAgradecidísima por tus alabanzas.
ResponderEliminarSaludos llenos de poesía :) Muy feliz domingo
Es un relato muy bonito, me ha emocionado leerlo.
ResponderEliminarY la foto es una pasada.
Muchos besos Maite!!
Normalmente muchas personas sólo pueden ver un árbol, pero el bosque queda escondido y eso ocurre cuando el límite y el vacío están ahí, porque entonces llegan a apreciar cada detalle escondido, ese misterio, esa atención que produce el milagro que se abre en el cielo y en la noche, en esa soledad.
ResponderEliminarMuy bueno el relato.
Siempre es un placer leerte.
Un abrazo enorme Maite.
Sí, ese milagro inesperado en plena noche y que nos recuerdan que no estamos solos.
EliminarGracias por tus palabras profundas.
Un gran abrazo
¿Qué he hecho mal o en qué me he equivocado? No veo mi comentario. puede que no le diera a publicar... la verdad, no lo entiendo porque tú me has respondido.
ResponderEliminarLa última respuesta la hice a J. Luis. El comentario del que me hablas no lo he llegado a ver. Bloguer también tiene errores, y puede que se lo haya tragado.
EliminarSi te dije ayer que ya me habías comentado es porque esta entrada la publiqué hace unos cuatro años y ya me comentaste entonces. La de ahora es una reedición. Te pongo aquí tu antiguo comentario. No te preocupes, amiga.
"La soledad buscada para encontrarnos con nuestros recuerdos, con nosotros mismos y con Dios. Impone un tremendo respeto el hombre de tu historia que no parece hablar consigo mismo sino que se aparta del ruido para esconder su dolor a los demás. El entorno natural en que aparece el protagonista está descrito con precisión por alguien que sabe, por experiencia muy bien de lo que habla.
EliminarMuchas gracia por compartirlo, por darme la oportunidad de leerlo, y , como un rosario de gracias, finalmente por la lectura de vuestro libro. Estoy disfrutando con toda la naturalidad, modestia y cercanía con la que compartís esa maravillosa experiencia.
Un abrazo
Franciska"
Gracias de corazón a ti, siempre :)
Que tal Maite!
ResponderEliminaryo creo que las llamas respiran y cómo! se llevan todo, aunque moderadas son vivificantes como los pensamientos de este señor y su soledad junto al grillito, su compañero en medio de la eventualidad del bosque; pero atencion! en cualquier momento la soledad podria terminar: sabemos desde siempre que principes, hadas, bellas durmientes, enanitos, magos... todos fatigan sus vidas en los bosques :)
Gracias por tu comentario sobre la imagen, yo pense lo mismo. Besos y abrazos desde Buenos Aires.