Isabel y los espejos (cuento fantástico)
Hola, amigos. ¿Cómo están de limpios vuestros espejos?
Cada mes iré poniendo algún espejo, digo relato, intercalando realistas con fantásticos. Éste estaba cogiendo polvo estelar...; (no me atreví a ponerlo antes por su longitud.)
Fotografía de la artista Franciska: Poeta y fotógrafa
Y como es de rigor, mis mejores deseos para el año, que ya está boca abajo y a punto de salir por, ejem.., la entrepierna del Tiempo... (¿por cierto, tiene sexo el tiempo?).
Shsss... Vosotros a lo vuestro ;)
ISABEL Y LOS ESPEJOS
—Isabel.
—Qué.
—Isabel.
—¿Quién me
llama?
De pronto,
Isabel escuchaba el tic-tac del reloj. Era un tictac recién hecho, inmaculado
como una pisada nítida en mitad de la nieve. Una pisada que avanzaba... hacia
ella, sin prisas, segura de penetrar aquel tímpano indefenso. Tuvo que taparse
los oídos. El reloj aumentaba su sonido descomunalmente. Mientras, una voz,
desde el espejo en el que estaba mirándose, comenzaba a llamarla: “Isabel...” Y
el espejo de enfrente también gustaba de participar…: “Lebasi...” Y la mujer,
situada justo entre los dos, miraba su imagen duplicarse hasta el infinito,
donde una lejanísima Isabel la contemplaba, atónita, tratando de atravesar las
miles de isabeles intermedias para llegar a ella misma. Algo sucedía que ponía
patas arriba su mente cuando se miraba en un espejo. Al salir de casa, cada
escaparate susurraba su nombre al pasar. Su oído también estaba
hipersensibilizado, y los sonidos repicaban a pleno volumen en su cabeza,
dejando reverberaciones de lo más extravagantes; como aquella alarma de oca que
sonaba cada vez que abría o cerraba una puerta, o el sonido de chapoteo que
iban dejando sus propios pasos, o el canto del cuco que escuchaba cada vez que
metía la llave por la cerradura. Tras cinco minutos, estos sonidos se iban
diluyendo gradualmente en el pozo del tiempo, y todo volvía a la normalidad.
Estoy segura, pensaba la mujer, de que todo comenzó por primera vez cuando
me miré en el espejo de aquella peluquería. Yo ya me había dado cuenta de que
la gente que entraba allí salía con cabelleras que no eran nada naturales, con
la cuarta dimensión del tiempo incluida, de modo que iban virando en segundos
del pelo finísimo del bebé al blanco del anciano, transitando por las rebeldes
melenas juveniles o las más comedidas de la madurez. Además poseían unos
perfectos destellos de rayos en la noche más atormentada… Eran el último grito
en pelambrera humana y, la verdad, no me pude resistir.
Igualmente resultaba muy extraño que
bajo los focos de la peluquería, bajo aquellas tijeras y frente a ese espejo,
mi rostro semejara el de una hermana gemela, parecido, pero no idéntico al mío.
El peluquero me halagó por interés, y luego señaló al espejo, donde su mano y
la tijera no se reflejaban en absoluto, lo cual me envió directamente a unas
arenas movedizas pavorosas, en las que todavía continúo.
El pelo de
Isabel salió extremadamente mejorado, con la abundancia delirante de una oveja
lanar, que enseguida comenzó el recordatorio de todos sus peinados pasados y
futuros. Pero desde entonces, sus nervios parecían cables pelados de pura
excitación. Le comenzaron a amordazar las obsesiones de su nombre repetido en
todos los espejos. E incluso dejó de tomar sopa o mirar el móvil para no ver ni
un atisbo de su ser convertido en insondable llamada.
“Isabel...”,
repetía aquella noche el espejo que yacía boca abajo, ocultado bajo la cama. Ya
estaba harta. El chirrido de su somier, al girarse, sonó con voz de mono
aullador. Saltó de un brinco y decidió dar un paseo por el jardín, lejos de
toda la horrorosa murga que la perseguía. Meditaba sobre la necesidad de hallar
una respuesta; una cura a su miedo. Y la encontró. Miraría “a la cara” a los
espejos. La huída no le había resultado nada bien; tendría que probar un
diálogo con ellos desde un directo enfrentamiento. Como era bastante miedosa,
comenzó poco a poco. En primer lugar, se enfrentó al reflejo del café negro en
el bar. El camarero se lo sirvió y, a escondidas, la espió, pues era muy
bonita, a pesar de su rostro de suricata en alerta, mirando fijamente al
hipnotizante líquido. Tras removerlo con una cucharilla, comenzó a girar como
una seductora nebulosa. Luego se detuvo y
reflejó su rostro. Las llamadas volvieron…: “Isabel, escucha, tú no eres
tú, vives en nosotros. Eres nuestro reflejo. Acércate aquí, a tu mundo
verdadero… Isabel…”. Se sentía girar más y más…, aspirada por un remolino
placentero hacia unas aguas oscuras de las que no veía límites. A pesar de
ello, sin perder la calma, la joven respondió: “No. Eres tú quien vive en mí.
No soy tu reflejo. ¡Tú eres el mío! Me perteneces. Por eso, cuando me mire en
ti callarás como hace un buen espejo sumiso, y cuando deje de mirarte,
desaparecerás de mi vida.”
La voz se perdió para siempre hacia el fondo del
vaso, y la chica se la bebió, muy serena. “A por otro”, pensó. Salió del bar y
se enfrentó al escaparate de una tienda de animales. Junto a un absurdo oso de
peluche y una boa aburrida que se abrazaba a sí misma, estaba ella, recién
plantada, en forma de reflejo. Un caniche al pasar, tiraba de su amo, para
saludar a la solitaria que hablaba consigo misma. La voz del cristal de nuevo
tiraba de ella, ofreciéndole un paraíso al otro lado, donde el sufrimiento no
dolía porque ella misma se convertiría en la palabra dolor, pero sin su
sentido, siendo tan solo un reflejo del dolor. ¿No era maravilloso un mundo
reflejado donde nada podía hacer daño? De nuevo Isabel se resistía con valor,
tratando de convencer al espejo de que su lugar era el de la carne con heridas.
Cada vez temía menos y menos y menos... y caminaba más alegre, creyendo haber
convencido a los espejos de que era una presa inútil. Y así, al llegar a su
casa, sacó el gran espejo escondido bajo la cama. Lo colocó en un sitio
honorable donde reflejar a la única dueña de la realidad, y lo miró frente a
frente. “Isabel… le oyó decir al espejo con voz muy bajita. Estas son mis
últimas palabras. Soy tuyo, fiel a ti hasta mi muerte o la tuya.” Ella le sacó
la lengua, y él a ella también a través de su réplica objetiva y perfecta.
Sonrío (sonrieron), al fin era la reina indiscutible de su realidad. Ya nunca
más volvió a oír voces saliendo de espejos, ni sonidos antojadizos y
deformados. La fidelidad de todas sus imágenes, se mirase donde se mirase, era
perfecta, salvo por el pequeño detalle de que sus ojos reflejados no eran
marrones, sino rojos, con la luminosa explosión de un atardecer.
Pero es que
la perfección absoluta no se encuentra... ni en los mejores espejos.
***
Pablo Picasso: Mujer ante el espejo
¡¡Qué bueno, Volarela!! Se me ha dibujado una enorme sonrisa con ese virtuoso final :))))
ResponderEliminarEl poder de los espejos rivaliza con el poder de la mirada... ¡siempre en eterna batalla!
Me alegra enormemente volver a leerte, gracias de corazón, me llevas a un mundo fantástico que me reconcilia de alguna manera con el mundo que nos rodea... Maite, te mando un enorme abrazo y mis mejores deseos para estos días ¡Feliz y luminoso año nuevo! Besos mil ;)
Me encantaría ver esa sonrisa, como que tú vieras las estrellitas brotando de mis ojos ahora. Sólo me dejas simpatía, dulzura, generosidad....
EliminarGracias, que sea así para ti también, un luminoso 22!!
Besos como estrellas de Navidad
Me encanta el plan metodico, de menos a mas, pero implacable, determinado desde el inicio, con el que isabel afronta sus miedos, su imagen.
ResponderEliminarTambien los similes acusticos. No me parece que unas alucinaciones acusticas de una puerta, unos pasos y una llave hurgando en una cerradura puedan sonar de otra manera que como una oca, un charco pisado y un cuco.
Es una chica firmemente sujeta a la realidad(a pesar de las alucinaciones); si se hubiera llamado alicia, habria aceptado la invitacion del espejo.
Me alegro de volver a leerte. Es un ejercicio. Tengo que bajar el volumen de la tele.
Besosss y feliz año, Maite
Pero se llamaba Isabel Torreznos, hija del pueblo de Burriana y concejala de la igualdad de las farolas. No podía ser de otra manera 😊
EliminarGracias sinceras por tus apreciaciones tan interesantes, no había caído en ese método... Si se llamará Gabilianta se hubiera puesto a bromear con el espejo, ja, ja😊
También gracias por bajar la tele!
Bello año!
Besitosss
Feliz 2022.
ResponderEliminarNo sé porqué veo en esos doses una hilera de patitos siguiendo a mamá pata.
EliminarFeliz 202222222
Muy inquietante. Esa peluquería tendría un pacto con algún demonio o ser extraño.
ResponderEliminarMuy bien llevado. Un buen fin de año te deseo. Feliz 2022
No tanto.
EliminarLo mismo para ti
Ojalá los espejos multipliquen tus publicaciones y nos hagas gozar a diario. Que el año que comienza sea para ti muy positivo, goces de salud plena y seas feliz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Eso quisiera yo...
EliminarLo mismo te deseo, apreciado Francisco.
Abrazo entrañable 😊😊
En cada espejo en el que nos miramos somos ese otro yo diferente en cada ocasión, porque cada día somos alguien diferente, ya que el cambio es continuo, la vida es cambio y transformación.
ResponderEliminarA través de eso espejos, la imaginación y la fantasía nos has llevado de la mano de esa transformación y esa perfección que nunca existe por mucho que nos empeñemos en encontrarla. Y si estuviera en algún lugar sería en esa alma que nos fue dada y que un día, si ahora no lo es, lo será cunado llegue al lugar de donde procede.
Diferentes espejos, diferentes miradas y una sola realidad.Me ha parecido genial ,sobre todo reflejar ese hecho poniendo el nombre del revés para remarcar las diferencias cuando se encuentra en medio de dos espejos o visiones diferentes.
Muy bueno tu cuento. Te felicito por tu magia y la reflexión que nos puede aportar.
Me alegro inmensamente de volver a leerte, pues la verdad te echaba de menos. Espero que estés bien y aunque las felicitaciones de año nuevo, no son algo en lo que crea, si que te deseo te todo corazón mucha felicidad y alegría, para hoy, para mañana y para siempre.
Un abrazo enorme para ti, Maite.
Jose Luis, Siul Sejo… ;)
EliminarVerdaderamente la vida cambia y cambia, y los espejos nos lo confirman. Y como dices, en el cuento hay una trasformación en la protagonista; necesariamente ha de entrar y perderse o desafiarlos, perfeccionando su poder, su dominio de las circustancias. Toda la vida es un juego de oportunidades para alcanzar la perfección, y como tú dices: “Si estuviera en algún lugar sería en esa alma que nos fue dada, y que un día, si ahora no lo es, lo será cuando llegue al lugar de donde procede”.
La perfección es la felicidad: porque no falta nada, el ser está completo, es la realización. Lo bonito del blog es poder analizar y contrastar entre todos. Me encanta sugeriros un tema y pasaros el balón porque siempre veo “colores” nuevos: “Diferentes espejos, diferentes miradas y una sola realidad” (bárbaro).
¡Gracias por tan cálida bienvenida!, también te deseo sinceramente lo mejor y que esa sonrisa de la que hablas en tu poema, plenitud… siempre te acompañe.
Abrazo enorme
Maravilhoso conto Maite!
ResponderEliminarNovalis, dzia que "a verdade que nós somos de encontra por detrás do espelho".
Mas tu desenvolveste um relato fascinante, que nos fascina e surpreende em cada parágrafo.
Te felicito pelo teu talento. És uma verdadeira criadora de contos! Genial!
FELIZ AÑO NUEVO!
Un gran abrazo Maite!
Preciosa frase, con mucha miga...
Eliminar“criadora de contos”. Qué bonito suena, mejor que en español. Miles de gracias, haces que parezca un sueño escribir, eres tremendamente generoso conmigo. Gracias, me honras con tus palabras y presencia.
Feliz año, y mucha felicidad para ti, Albino
Curiosa historia, tal vez Isabel encontró la coherencia que tanto buscaba. Pelear con uno mismo y las contradicciones en las que fácilmente caemos, es el pan nuestro de cada día.
ResponderEliminarBrindemos por poder liberarnos de tanta distorsión en este año de patitos que vamos a comenzar, el 6 es un número que me gusta mucho y tengo confianza en que avanzaremos a pesar de todo, y que antes o después escampará.
¡Un besito y feliz entrada de año!
Muy de acuerdo contigo, la vida es una búsqueda incesante del equilibrio. Yo creo que mi protagonista lo logra, al menos en parte, porque finalmente todo es un acto de la voluntad. Brindemos por esa perseguida armonía que tanto necesitamos en estos tiempos… ¡Lo mejor para ti y los tuyos, buscadora!
EliminarMenos mal que te atreviste a subirlo, Volarela, más bien diría, gran regalo de fin de año nos haces para que podamos disfrutar tu cuento inspiradamente ilustrado con Magritte, nada menos.
ResponderEliminarUn cuento pletórico de hallazgos, lo que en vos no es nuevo, y borgeano en tanto se redimensiona con una riqueza de originales enfoques y posibilidades (como de juegos de espejos) durante el propio cuento todo el tiempo (que dicho sea de paso tiene todos los sexos como los sexos también tienen su tiempo) más hoy en día que ya ni los espejos son lo que eran, ya ni reflejan, apenas remedan…
Lejos de casa menos mal que alcancé a leer y disfrutar tu cuento, Volarela, a tiempo también para desearte que 2022 sea el año de tus grandes sueños convertidos en logros al tiempo que no dejás de lograr sueños nuevos.
Abrazo siempre admirado y feliz por haber llegado a Tiempo.
Apreciado Carlos, tú eres el inspirador del cuento, ya que salió de un tirón hace mucho tiempo, tras leer uno de tus fascinantes poemas acerca de los espejos, en concreto uno en el que alguien se perdía dentro de ellos... Pero entonces no me atreví por lo largo… Por tanto ¡Gracias, mago inspirador!
EliminarFeliz de que te hayan gustado esas pinceladas al estilo borgeano, que ya solo de nombrarlo me emociona. Es un tema que da mucho juego...
El tiempo tiene todos los sexos como los sexos tienen su tiempo, ¡qué buena respuesta!
Qué pena de espejos; es verdad, ya sólo imitan, están cansados… como sus dueños. ¿Y cómo no vas a llegar a Tiempo si tú eres su abanderado?
Un abrazo enorme, y que tu aliado el Tiempo te colme de instantes maravillosos en este nuevo año.
...Y el doble para vos, Volarela-ser poético!!
EliminarEntre espejos y sonrisas, una armónica verdad que surge en cada existir.
ResponderEliminarTu relato me ha encantado, un lujo poder leerte, es inspirador.
Hola amiga Maite, agradezco esa oportunidad de conocerte atravesó de tus escritos y compartir contigo.
Deseo pases un buen año lleno de alegrías.
"Entre espejos y sonrisas, una armónica verdad que surge en cada existir" ¡qué belleza!
EliminarApreciado e inspiradísimo Jorge. Tu presencia en mi espacio ya hace que busque lo mejor de mí para satisfacer a lectores Taaan exquisitos como tú. Miles de gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo
Te deseo de todo corazón un año pleno de armonía y salud.
Te felicito porque has conseguido intrigarme y hacerme pensar. Así, he recordado mi primera vez ante un espejo. Cuando me presté atención porque a mis doce años me descubrí y me encontraba como algo digno de prestarle atención. Esa costumbre siguió durante algún tiempo que no recuerdo y finalmente, el espejo se convirtió en rutina. La mia es una historia vulgar, la tuya es una intrigante experiencia que acabó bien. Con su misterio no resuelto. Me gusta la originalidad del cuento. Gracias por publicar mi intrigante fotografía. Ni podría repetir la composición ni sé qué puede significar. Un abrazo y quedo a la espera de repetir el placer de leer tus poemas, cuentos, relatos, lo que tú escribas.
ResponderEliminar"...me encontraba como algo digno de prestarle atención"... Qué manera tan singular de expresarte; me hace sonreír. El misterio en mi caso es pura invención, pero como me atrae todo lo que no tiene explicación, me inspiro en ello; en este caso lo paranormal. Tu fotografía, aparte de buena, le va de perlas, por el reflejo, y por la extrañeza que causa al espectador. Es abierta en significados.
EliminarTu placer es mi alegría :)
Mil besos, bella amiga :)
Felicitaciones por tu genial entrada
ResponderEliminarGracias, Recomenzar (bonito nombre)
Eliminar:) Lo mejor también para ti en tu nuevo año :)
El poder de los espejos. Extraordinario. Realistas o fantásaticos, seguiré leyendo.
ResponderEliminarFeliz 2022
Francesc Cornadó
Y yo encantada. 😊
EliminarMuy feliz 22
Maite
Hola. He venido a leer otros relatos tuyos porque me he enamorado de tu manera de relatar. Tenés una imaginación desbordante y rica, este juego con los espejos es propio, distinto de otros que se ocupan de temas especulares.
ResponderEliminarEs un placer leerte, te dejo un beso.