Esponjar el amor. Poema recitado para niños con síndrome de Down






Poema dedicado a los niños con Síndrome de Down.  


ESPONJAR EL AMOR 

  Nada. 
Viniste con blanca lejanía en los ojos. 
Nada, decían. 
Tus manos apretaban el tierno plumaje de la vida redonda
 y sonreías a la sonrisa del abeto. 
Te hiciste a ti mismo de amor, 
y un rubor de amaneceres rodó por tu mejilla. 
Y un sol inocente como una piruleta te nacía de los dedos;
 y mirando por un túnel de flores veías caer el día
 como un gigante dulce y soñoliento. 
Gota a gota balbuceabas la vida,
 acariciabas flamencos de luz,
 le decías adiós a los gatos
 y a la araña oculta en las llamas del fuego. 
Una mirada de helechos envolventes desde los ojos de tu madre
 te cubría. 
A tu lado crecía la hierba olvidada de todos los prados del mundo. 
Pero tú no podías crecer,
 dejar de ser niño o ángel de alas ciegas. 
No podías... 
Esponjar el amor, 
sólo eso,
 esponjar el amor con tus manos,
 brotes verdes de la inocencia,
 hasta hacerlo música en tu sonrisa,
 aquella fuente sagrada
 de la que beben pájaros de plata. 

*** 

Poesía y foto: Maite Sánchez Romero (Volarela)
 

 

Meditando con una rosa rosa (reedición)


Rosa rosa. Volarela


Tu presencia es presente. En este instante, tu corazón sin espinas me traspasa. Delirio rosa.
Eres vida, que bebió cielos y transmutó materia, y ocupó su tiempo en la belleza total. Tallaste en ti la mirada frágil del amor.

Naciste envuelta, apretada sobre ti misma, dispuesta a desplegar la espiral de tu misterio: secretísima poesía del universo; así despliegan su aroma las galaxias.

Me vives mientras existo en ti. Te vivo mientras existes en mí.
Ahora, estamos juntas:
Tus pétalos rosas se abren con la delicadeza de la niebla sobre mi vida. Tu cáliz es tierno, liso; se puede tocar tu mirada inocente a través de él. Y tu perfume en la hondura... me recuerda la voz de un ángel, al cual persigo entre silenciosas praderas.

De tu piel a mi piel camina la verdad.
Cuando la fría vida te arrebate los pétalos también estaré a tu lado, aprendiendo de tu entrega, haciéndose fruto.

*

Prosa poética y foto: Maite Sánchez Romero (Volarela)

Amar...




AMAR

¿Acaso la rosa pincelada
que las golondrinas
llevan en su garganta
es amor?
Almendrado es tu ser.
Una línea de labios sonríe a tu lado.
Espejean las aves.
Sólo puedes amar.