* Atravesando tierras de Castilla (Impresiones)

Fotografía: El Duero por tierras de Soria. (Img.fotocommunity.com)


ATRAVESANDO CASTILLA LA VIEJA. IMPRESIONES DE UN VIAJE


Me encuentro sobre una anchísima planicie de melodías estoicas y rojas: Castilla.
He bajado de mi moto a pisar este suelo; a tocar sus raquíticos brotes de hierba inclinada bajo este cielo sin fin. Y ya atardece. Noto un soplo ligero de infinitud en mi nuca: es una brisa cálida sin lugar de nacimiento ni muerte que me hace disfrutar de este cansancio tibio.

A lo lejos un perro. También sin cuna, y quizás, sin sepultura. Es castellano. Lo dicen sus huesos hincados en su pelaje tostado (piel dura, pero sin soberbia). ¿Ladra? Sí. Y con él los adioses del trigo en la distancia. Y allá se estremece un viejo alcornoque en su propio ladrido de ramas retorcidas. El perro se está anaranjando con el sol y empieza a husmear el tiempo que se guardan las piedras. Yo le miro, le llamo plácidamente. Deseo acariciar a un ser tan anónimo como yo. Somos dos solitarios que pueblan el paisaje. ¿Será mi olor blanco para él, nuevo, sin ninguna señal que le recuerde al cuadro en el que vive?
Toma, te ofrezco mi mano, mis vibraciones hechas tarde. Y él baja la cabeza, ya a mi lado. La cola quieta, el pelo áspero, las orejas tiesas y las patas rígidas. Es su modo de recibir mi caricia.
De su tímido hocico brota el lenguaje de la llanura, como una sonrisa muy recatada, teñida de amarillo y con labios de soledad. Y cuando más confiada me muestro, cuando ya estoy dispuesta a desperezar mis coloquios vespertinos, huye. Así, imperceptiblemente, como se van desvaneciendo las formas del paisaje y trocándose en tinieblas al llegar la noche.

Tierra sobria y triste, me despides con un adiós parco, pero franco. Me quedo con tus colores de adagio y tus arrugas sin fin. Tendré que sumergirme en la oscuridad, con mis faros eléctricos como única guía. Y seguir mi viaje.
Y seguir... con tu imagen anhelante agazapada para siempre en un resquicio de mi ser...


(Volarela, 2007)


  a moment in heaven




* Brisa de azucenas



                                                                    Foto: Volarela



Para Mª Jesús, con mucho cariño, por toda la paz que me trasmite.
http://majecarmu.blogspot.com.es/2013/09/un-ramo-de-rosas.html



BRISA DE AZUCENAS


El trueno del sentimiento hizo su llamada.
Y una explosión de palomas blanqueó el jardín.
Glicinas y narcisos comprendieron la calma perfumada de esos pasos.
Ella se acercaba cerrando su sombrilla de nostalgias
sobre un banco detenido en el tiempo.

Sus dedos como raíces de hiedra espiritual
cogieron de su pecho las mariposas cárdenas
y las liberó por los campos yertos,
por los tejados derruidos:
Y brotaron amapolas,
y humearon los tejados
una ilusión violeta,
y el pan cobró sabor a fe,
y la hierba sintió los pies de la esperanza.

Su voz de rosas nuevas cantó y cantó,
y los pájaros cerraron sus ojos,
y durmieron apretados bajo la promesa de la dicha.
La llanura se aquietó, como un perro, bajo su caricia,
y el manantial niño reflejó todos los azules de la gloria.

Recogió su sombrilla. Marchó.
Y en los árboles quedó prendida
una suave brisa de azucenas.


 ***

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Tan cerca


El amor de las almas.  Jean Delville





TAN CERCA...


Suena triste tu flauta de madera
mi corazón la siente próxima a su centro
y se conmueve el latido pausado.


¿Dónde te hallas, amado?
¿Por qué selvas nocturnas batallas?
¿En qué almohada reposan tus ansias?
¿A dónde se dirigen los vientos tristes de tus ojos?
¿Qué palabras se me escapan, que sonrisa, que silencio ocre
no puedo besar en tu boca?

Amor, sangre o recuerdo desconocido,
¿dónde me habitas que turbas mi sueño?
Te veo surcar un camino que se aleja.
Me estás buscando...
rasgas el cielo de mi pecho
y en él posas tu relincho blanco.

Amado del alma,
te siento como un tacto de alondra que se clava
y asciende los soles de mi sangre.
Tu caricia pálida está  descorriendo la bruma
para alcanzarme, 
tus ojos
de bronce llamarada
están quemando el tiempo que nos separa...
Amigo, hermano, 
llorado desde mi oscuridad,
mis pétalos crecen hacia ti. 
Te presiento en la llaga abierta,
estás...
tan cerca....
Cada vez
más cerca.


***

La plage -- Yann Tiersen